DEFINICIÓN TERAPIA COGNITIVA-CONDUCTUAL.

La   terapia  cognitiva  constituye  un   conjunto   de  técnicas que se adhieren al criterio general de que el cambio terapéutico se consigue alterando  los  procesos  cognitivos  del niño.  Estos  procesos cognitivos, que representan el núcleo del cambio, pueden    incluir    percepciones,    autoafirmaciones,    atribuciones, expectativas, estrategias y habilidades para la solución de problemas. Dentro  de la  investigación   psicoterapéutica,   ciertas   influencias interrelacionadas ha impulsado el interés por los aspectos cognitivos. En primer  lugar,  diversos  abordajes terapéuticos atribuyen a los procesos cognitivos un papel central en el desarrollo de los problemas clínicos  y su   tratamiento.   Por   ejemplo,   la   psicoterapia  racional-emotiva, desarrollada por Ellis (62), se basa en la noción de que  los  trastornos psicológicos surgen a partir de creencias incorrectas, des adaptativas, o irracionales. Estas  creencias son verbalizaciones implícitas que las personas se hacen a sí mismas acerca del mundo y los sucesos  que  les  ocurren.  La  tarea terapéutica  consiste  en  recursar  estas  creencias y desarrollar en su lugar pensamientos alternativos.
Investigadores  como  Meichenbaum  (Meichenbaum y Goodman, 1971)  y (Kanfer, Karoly y Newman, 1975) han demostrado  que  la  mediación verbal puede aplicarse de manera constructiva para modificar la conducta de solución de problemas y de adaptación de los niños.

En lo que un tanto paradójicamente ha llegado a llamarse modificación de  la  conducta  cognoscitiva  (Meichenbaum,  1977), se ha dado énfasis sobre todo en inducir al cliente a hacer enunciados verbales que sirvan, ya sea como autoinstrucciones  o  bien  para  poner  de  relieve  la distintivita de los estímulos que se están presentando. Según  se  ha  demostrado,  las  autoafirmaciones  verbales  mejoran  el desempeño de  las  tareas  de  laboratorio  de  los  niños  hiperactivos impulsivos  (Meichenbaum y Goodman, 1971), y esto ha conducido al uso de tales  afirmaciones en diversas formas de entrenamiento  de  autocontrol (Thoreson y Mahoney, 1974).

Publicado por Psic. Gerardo González Guadarrama

Lic. Psicología Educativa, Universidad Pedagógica Nacional Ajusco. Maestría en Psicología, Fes-Zaragoza UNAM.

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