ADIESTRAMIENTO AFIRMATIVO

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Este es un tipo de intervención conductual de orden mayor, y no una técnica única, mediante la cual se ayuda al paciente a afirmarse de una manera más efectiva. Dos tipos de situaciones en que se necesita la afirmación son: en primer lugar, los casos en que el paciente desea lograr alguna meta social, como salir con cierta regularidad con personas del sexo opuesto, pero ha sido demasiado reticente para hacer un esfuerzo consistente. En este caso, la afirmación se podría aprender de una manera gradual: primero, una “cita para tomar un café”, y luego una “cita para pasear en bicicleta” un domingo en la tarde, y así sucesivamente. La persona reticente estaría aprendiendo a autoafirmarse pidiendo una cita, pensando en temas de conversación, tratando de ser interesante, y etc. Un segundo ejemplo de la necesidad de adiestramiento afirmativo, puede verse en los casos en que el paciente ha sido víctima de los demás, “humillado”, o se ha dejado dominar por otra persona, es decir, cuando los demás infringen nuestros derechos. En este caso, la afirmación enseña a la persona a defenderse a sí misma, a conocer y hacer valer sus derechos, pero debe aprender a hacer estas cosas sin ira, agresividad o aversión; la afirmación es un campo intermedio entre la reticencia y la agresividad exagerada (Wolpe y Lazarus, 1966).

 

E. Lakin Phillips, (1980) Orientación y psicoterapia, Ed Trillas, México.

Publicado por Psic. Gerardo González Guadarrama

Lic. Psicología Educativa, Universidad Pedagógica Nacional Ajusco. Maestría en Psicología, Fes-Zaragoza UNAM.

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