
2. Las conductas extrañas desaparecen conforme las conductas positivas tienen mayor probabilidad de resolver problemas.
3. Las conductas de evitación, que favorecen, la clase de respuestas que llamamos depresión y que se adquieren en tiempos intermitentes, son más difíciles de superar que las que se adquieren en tiempos no intermitentes. Como no se conocen las circunstancias exactas en las cuales las personas adquieren determinadas conductas, se infiere, si el cambio es difícil, que las conductas depresivas (o indeseadas) se adquirieron en circunstancias intermitentes.
4. En el caso del sujeto deprimido es difícil no reforzar la conducta de retiro, quejumbrosa, o aversiva-evitativa del sujeto. El aprendizaje que mantiene esta conducta es importante en la terapia; así pues, es sumamente importante avanzar a fin de modificar estas consecuencias conservadoras de la conducta.
5. La aplicación de las diversas técnicas sirven no solamente para el proceso de modificación de la conducta, sino que relacionan las observaciones y formulaciones dentro de la terapia con las de fuera de la terapia. Es esencial que las formulaciones dentro de la-terapia y fuera de la terapia de la conducta del paciente estén sincronizadas y conceptualmente claras y, por medio de la selección de una técnica conceptual, muestran el camino hacia la modificación de la conducta.
(Phillips, 1977, PP. 135- 136)