
Se proponen dos mecanismos (reciprocidad y coerción) como principales operaciones de refuerzo social en grupos de dos personas y en sistemas sociales más complejos, como una familia.
Existe reciprocidad cuando dos personas (A y B) se dan refuerzo social entre sí a una tasa equivalente.
La coerción se refiere a la situación en la cual una persona (A) demanda o violenta el refuerzo social positivo y desproporcionado de parte de B, en tanto que mantiene el comportamiento de queja de B, retirando los estímulos aversivos de demanda.