
La homeopatía es uno de los tratamientos alternativos más difundido e incluso aceptado y promovido por una sorprendente cantidad de médicos. La reiterada aparición de pruebas en contra de su eficacia terapéutica no ha impedido la extensión de su práctica.
En 2005 Shang et al. publicaron en Lancet un estudio comparativo de la eficacia de la homeopatía y la de tratamientos convencionales. Recogieron los datos de 110 ensayos.
Hallaron que cuanto menor era la cantidad de sujetos estudiados y peor la calidad metodológica del ensayo, tanto más elevados parecían ser los efectos beneficiosos de ambos tipos de tratamiento. Pero cuando se analizaban los ensayos con un número elevado de sujetos y de alta calidad metodológica (doble ciego, aleatorización correcta, etc.) los efectos de la homeopatía eran muy escasos y muy elevados los de tratamientos convencionales. Los autores concluyeron que estos hallazgos «son compatibles con la noción de que los efectos clínicos de la homeopatía son efectos placebo».
El problema clínico asistencial de la homeopatía (y de otras terapias alternativas) no es simplemente que las posibles mejoras sintomáticas que suscita sean sencillamente efecto placebo, sino que en determinadas circunstancias pueden resultar dramáticamente perjudiciales.
Como lo referente a enfermedades graves, especialmente cáncer, tratadas con homeopatía y que acaban con el fallecimiento del paciente por no haber recibido el tratamiento correspondiente y verificado que requería.
Shang, A., Huwiler-Müntener, K., Nartey, L., Jüni, P., Dörig, S., Sterne, J. A., … & Egger, M. (2005). Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy. The Lancet, 366(9487), 726-732.